De
Ley a Ley… y las pongo porque... es fácil.
2013
acabó con el anteproyecto de Ley de Seguridad Ciudadana presentado por el
Partido Popular. En ese anteproyecto aparece algo relativo al derecho de
manifestación: “El derecho de manifestación se ha ejercido ampliamente en los
dos primeros años de esta legislatura”. Analicemos, pensemos por qué hay
continuas manifestaciones. ¿Porque esta legislatura está llevando a cabo una
buena actuación? ¿Porque no hay quejas y nos gusta salir a la calle? ¿Porque no
se privatizan servicios públicos? ¡Exacto! Todo lo contrario, que si hay
manifestaciones y protestas, por algo será.
Por ello surge, y es
contra eso contra lo que achaca esta nueva Ley de seguridad Ciudadana (también
conocida como “Ley Mordaza” o “Ley anti-protesta”), contra las manifestaciones.
Nos quieren silenciar, pero no pueden prohibir que escribamos. En este sentido,
se puede equiparar a la “Ley Mordaza” de Puerto Rico (1948) que tenía el
objetivo de que no se derrocase al Gobierno. ¿Es de eso de lo que tienen miedo?
¿De que el Gobierno caiga? ¿No? Pues deberían, porque la democracia se asienta
sobre el pueblo, un pueblo que debería, en la práctica, tener el poder real, un
pueblo que no puede ser acallado, porque eso atenta contra la libertad de
expresión. Quizá sea eso lo más
preocupante de esta nueva ley, que la libertad de expresión se ve sumamente
mermada, y sin libertad de expresión no hay democracia.
Son
curiosos varios puntos del anteproyecto, como el punto 2 de las infracciones
graves: “La participación en alteraciones de la seguridad ciudadana usando
capuchas, cascos o cualquier otro tipo de prenda u objeto que cubra el rostro,
impidiendo o dificultando la identificación.” Nada, señores delincuentes, que
si están cometiendo alguna ilegalidad y comienza a chispear, prohibido taparse.
Mójense.
Señores
públicos, escritores y verbadores, cuidado con el punto 16 de las mismas: “Las
manifestaciones públicas, escritas o verbales, efectuadas a través de cualquier
medio de difusión, así como el uso de banderas, símbolos o emblemas con la
finalidad de incitar a comportamientos de alteración de la seguridad ciudadana,
violentos, delictivos o que inciten, promuevan, ensalcen o justifiquen el odio,
el terrorismo, la xenofobia, el racismo, la violencia contra la mujer, o cualquier
forma de discriminación, siempre que no sean constitutivas de delito.” ¿Esto
afecta a la libertad de expresión? ¡Censura!
Algo
de humor nunca viene mal, y si no ojo al punto 19 de infracciones leves, que
prohíbe “El escalamiento de edificios o monumentos sin la debida autorización y
la precipitación o lanzamiento desde los mismos, sin la debida autorización.”
En fin, desesperados de España, que si os queréis arrojar al vacío, tenéis que
pedir permiso o, en su defecto, pagar una multa de entre 100 y 1000€. Faltaría
más, pagar por morir.
Cabe
decir que esta Ley cuenta con numerosos detractores, tanto formaciones
políticas como ciudadanos que protestan contra la ley-antiprotesta. En fin, con
todo esto, ¿es sensato, en los tiempos en los que estamos, dañar así la democracia
y todo lo que ello significa? ¿No es lo que queríamos conseguir? Una democracia
debe tener diversidad de opiniones, pero que no se pretenda acabar con las
opiniones contrarias, que es al fin y al cabo lo que pretende esta ley.
Y
para concluir, y a modo de opinión personal, no creo que dé buena imagen que en
vez de intentar contentar al pueblo con medidas favorables y no demasiado
grotescas, nos callen a golpe de ley. Una democracia sin derechos básicos como lo es la libertad de expresión durante tantos años inexistente, no creo que sea una verdadera democracia.
José Manuel Sanz
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