Buenas a todos,
Tras leer el escrito de
mi zoocia Mary (http://zoociedadpiloto.blogspot.com.es/2014/04/generalizaciones.html) me he visto obligada a escribir lo que podría ser una
continuación de su entrada: Después de escribir sus ideales vino a los zoocios
con el fin de exponer nuevamente su opinión sobre las generalizaciones, esto
nos llevó a una conversación en la que la política, la religión y los
prejuicios fueron tocados sin más ideal que el de expresar una idea y, quizás
por la conversación que ayer tuvimos todos o quizás por alguna caprichosa musa,
he decidido poner en palabras lo que todos acabamos sacando en claro:
Estos “sacos” a los que
Mary se refiere están llenos con prejuicio políticos que recortan a la persona
que tenemos delante en todo momento: si la persona es pro aborto, pro gay y
anti taurina automáticamente la metemos en un partido político y viceversa,
nuestra forma de pensar tiene ya de por si una contaminación política tal que
en muchas ocasiones nos olvidamos que un partido de fútbol no debería ser más
que un espectáculo deportivo: volcamos en un equipo nuestras frustraciones y
deseos y transformamos un simple juego en una batalla campal por demostrar que “Madrid
es mejor/peor que Barcelona” (ateniéndome al partido de Madrid Barça)
Esto no es sano, España,
con o sin las comunidades pro independentistas tiene una larga historia sobre
la mezcla de la política en todos los aspectos de nuestra vida, creencia, ocio…
Sin ir más lejos en el Pais Vasco que es de donde es la que aquí habla existe
la broma de que una pareja no puede funcionar si uno de ellos vota al PP. Estas
ideas caducas provocan que la política se desintegre en aún más pequeñas
facciones, cuando las personas aprendamos que un partido político
necesariamente no ha de amoldar todas y cada una de nuestras acciones a las de
ese partido será cuando tendremos un ideario político sano.
Es una característica
nuestra que hace mucho más daño que el gritar consignas, tenemos derecho a
sentirnos orgullosos de donde provenimos, no tenemos derecho de insultar al de
enfrente por no tener un mismo ideario al igual que un gobierno laico no tiene
derecho de instaurar la religión como importante en la selectividad. Son cosas
distintas; política y personalidad, religión y creencia.
Quizás he dejado que mis
sentimientos tinten nuevamente mis escritos pero la conversación de ayer con
mis compañeros me hizo recordar nuevamente para qué existe sociedad: Ninguno de
nosotros es igual que el otro, no intentamos adoctrinar sino mostrar el mundo
con los ojos de unos jóvenes que, lejos de intentar ser críticos porque sí,
muestran sus diferentes versiones del lugar en el cual viven.
Porque la sociedad es un
zoo lleno de ideas salvajes.
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