La noticia la hemos visto
en muchos lugares, hemos leído sobre ello e, incluso, hemos podido opinar. Pero
hoy, en homenaje a lo ocurrido en “Zoociedad” queremos escribir un pequeño
artículo sobre Charlie Hebdó.
Charlie Hebdó es una revista satírica francesa
cuya sede central fue atacada el siete de enero por dos encapuchados que
mataron a un total de doce personas e hirieron de gravedad a otras cuatro; bajo
la consigna #JeSuisCharlie (Yo soy Charlie) la respuesta a tamaña masacre
inundó pronto todo tipo de red social y diversos periódicos y telediarios
también se hicieron eco de esta consigna.
Dos días después los sospechosos fueron vistos en
el noroeste de París y hubo un total de cuatro muertes más que los encapuchados
habían usado como rehenes además del sometimiento de los mismos sospechosos.
Hasta aquí la noticia de
la grave matanza en la capital francesa, pero quisiera hablar también de las
consecuencias que esto ha tenido no solo ya en Francia sino en el resto de países
circundantes.
El mismo siete de enero
nuestro presidente (cuya opinión sobre el creo que ya la hemos hecho más que
patente en muchas otras ocasiones) puso a España en alerta tres por el miedo a
un ataque terrorista mientras dirigentes de todo el mundo calificaban la
matanza de aberración.
¿El problema? La escasa
información que se dio al ciudadano medio mientras todo esto se estaba
desarrollando.
Desde que se supo que los
atacantes habían entrado gritando consignas pro-islamistas muchos periódicos se
hicieron eco de este hecho, dándole más importancia al mismo que al ataque en sí,
haciendo que la noticia se convirtiera en un canto a una lucha religiosa en vez
de los hechos que en ese momento se sabían: Tres hombres, los dos encapuchados
más el cómplice, habían atacado en la sede central de Charlie Hebdó.
Esta escasa información y
reiteración religiosa hizo para el anochecer de ese mismo día muchas familias
islamistas se sintieran amenazadas en la capital francesa y a lo largo de esas
horas muchas mezquitas sufrieran de vandalismo. El hastagh “Muerte al Islam” o
en su versión americana “KillIslam” se hizo pronto tanto o más fuerte que “JeSuisCharlie”
la consigna hasta ese momento bandera de lo ocurrido.
Las actitudes xenófobas
se incrementaron exponencialmente así como el miedo y la preocupación por un
posible ataque terrorista; muchos de nosotros recordaremos la falsa alarma de
una caja de zapatos por ejemplo. Mientras tanto, dibujantes de todo el mundo
donaban dibujos sobre la atroz masacre, rememorando de esta forma a los
dibujantes satíricos que habían caído. Pronto en la red se pudo discernir dos
frentes en esta situación; aquellos que se mantenían junto a la revista y
aquellos que se centraban en la parte religiosa del hecho.
Días después, mientras en
todo el mundo se celebraban marchas en memoria de Charlie Hebdó Al Qaeda se
responsabilizaba del ataque ocasionando más terror y miedo a ataques
terroristas.
Y, sin embargo, lo único
que yo puedo ver es una profecía que se autocumple.
Sí, los asesinos eran
extremistas religiosos y atacaron la revista satírica pues los dibujantes
habían dibujado en múltiples ocasiones sus pensamientos sobre el Islam, su
religión y su doctrina así como habían escrito sus opiniones sobre el
Cristianismo y cualquier otro tema candente en Francia. Si, Charlie Hebdó no
era un humor para todos y en ocasiones las verdades resultan difíciles de
tragar. O de reírnos de ellas.
Pero incluso antes de
saber que Al Qaeda se denominaba culpable y mano en la sombra de estos
asesinatos muchos medios de comunicación se hicieron eco de la peligrosidad del
islam como religión, en diversas redes sociales islamistas eran vilipendiados y
amenazados hasta el punto del terror.
Una adolescente escribía
en su Tumblr como temía perder a sus amigos y ser apalizada al día siguiente en
clase por ser musulmana, en diversas cuentas de twitter el hastagh de muerte al Islam antes mencionado era
jaleado y animado por múltiples cuentas.
A lo largo de nuestra
historia se han cometido muchas matanzas, como residente y oriunda del país vasco
puedo decir que alguna que otra también he tenido que vivir y he sufrido ese miedo
que existe y se siente en el paladar al hablar un poco más alto de política.
Europa tiene listas de momentos históricos bañados con sangre, esos momentos
históricos deberían ser una fuente de conocimiento, deberíamos aprender de
ellos, no repetir los mismos errores.
Si, Charlie Hebdó sufrió
un atentado por parte de dos extremistas pero eso no implica que todo creyente
de esta misma religión sea un extremista.
A lo largo de estos días
en diversos programas de debate se escuchaba como el Islam en sí mismo es “un
peligro”. Y yo digo: El extremismo religioso ES un peligro, la creencia de la
supremacía de una raza ES un peligro, la necesidad o creencia de matar ES un
peligro. Pero un colectivo entero de mujeres, niños, hombres inocentes no es un
peligro. Musulmanes inocentes NO son un
peligro.
No debemos centrarnos en
el conjunto religioso, debemos terminar con el terrorismo, debemos impedir que
otro ataque así vuelva a ocurrir, igual que debemos terminar con el racismo, la
homofobia o la diferencia brutal entre el primer y el tercer mundo. Tenemos aún
mucho por delante para mejorar pero condenar a un colectivo por lo que hizo un pequeño
grupo no es la solución. Así solo se mantendrá el miedo, miedo que generará
odio que creará ataques tanto o igualmente fuertes contra personas tan
inocentes como los dibujantes acribillados a tiros en la sede de la revista
francesa.
Somos Charlie porque
todos nosotros tenemos una opinión y mientras esta opinión no hiera, mate o
retire el derecho humano de existir y tener la misma justicia esa opinión es válida.
Somos Charlie porque el odio debería perder fuerza, somos Charlie porque todos nosotros somos alguien.